EL PRESBITERIO Y RETABLO



El actual retablo
 de la iglesia de San Miguel es el mejor documentado de cuantos retablos se encuentran en la ciudad de Segovia. Su realización tuvo lugar entre 1665 y 
1672. 

Para su realización se presentaron dos proyectos: Uno de José Vallejo Vivanco, y otro de Juan de Lobera, siendo esta última la preferida por el párroco y los feligreses. El ejecutor de la obra fue el aragonés José Ferreras, vecino ya de Segovia. 

El retablo se estructura en tres calles distribuidas por cuatro grandes columnas corintias, asentadas sobre un alto pedestal. En los registros laterales se encuentran seis lienzos de desigual factura y cada una de estas pinturas fue costeada por feligreses de San Miguel.


PINTURAS DEL RETABLO


Por el inventario realizado en el año 1673 se sabe que los seis cuadros de las calles laterales se “sacaron de los originales de la capilla de don Antonio de Contreras que está en el convento de los Capuchinos de esta ciudad”, siguiendo los originales de Francisco Rizzi y Juan Carero de Miranda.

En opinión de Fernando Collar de Cáceres, las pinturas del retablo de San Miguel fueron copia realizada por artistas locales, probablemente por Francisco Herranz y Cristóbal Pérez de Teruel en las Tentaciones de San Antonio.

 Estas son las pinturas

-
  
La Adoración de los Reyes Magos.

-  Circuncisión.

-  Las tentaciones de San Antonio Abad.

-  Cristo en Casa de Simón (Magdalena enjugando los pies a Cristo).

-   El Nacimiento de la Virgen 

-  La Anunciación

-  En el ático del retablo se encuentra una Inmaculada Concepción, aunque en un principio se dispuso una imagen de San Miguel vestido de romano, con su espada y escudo donde se leía “Quir Sicut deus” y donación de don Antonio Bermúdez de Navacerrada, regidor de la ciudad y feligrés de la parroquia 

Imagen de San Miguel



En el eje central del retablo una escultura del arcángel San Miguel obra del vallisoletano Pedro Salvador, aunque el pulimentado fue obra de José Ratés, mientras que Pedro de Prádena, natural de Toledo, se ocupó del dorado. En el año1627 la parroquia paga 6 reales al pintor Agustín Torrijano, por pintar la figura del diablillo que hay a los pies de San Miguel.


En la parte central, el tabernáculo a modo de templete evocador del Templo de Salomón exalta la presencia de Cristo en la Eucaristía.



Para la realización del retablo se recibieron diferentes donaciones y limosnas que contribuyeron a costear su realización. Así, en 1678 se dice que Juan Pérez Polo y Antonia Fernández donan 500 reales para el retablo de la iglesia. En el 1684 se pagan 40 reales por componer y pintar el pedestal de la capilla mayor y en el año 1697 se blanquean los pretiles de la capilla mayor.